Yo le canto a la vida y al amor
y le canto a mi tierra
porque me gustas muchacha,
tierna, dulce, fresca.
Con los brazos abiertos me esperas
todos los días
porque te quiero muchacha
por eso te llevo dentro y te pienso
y te siento.
Me gusta tu calor, tu manera de ser
y sonreír, me gustan tus noches,
tus inviernos, tu silencio
y aún el éter que te envuelve.
Me gusta la vida cotidiana de estudiante,
el recorrer de tus calles,
los huecos del pavimento, los charcos
y el tráfico del medio día.
Tus mercados, tus mujeres
mis marchantas,
¿Qué vas a querer amorcito?
El tiste, el chingue, la cuajada,
los quesillos, tamal relleno y
el tibio perrerreque.
Los montados de Santo Domingo
los gofios de la Gritería,
los bailes de la Gigantona.
El Centro Comercial, los chavalos
cuida carros,
tu lenguaje y tus costumbres,
tus barrios marginados y sus
casas de ripio y de cartón,
tus niños descalzos y panzones.
Cómo no voy a quererte muchacha
y yo que tengo tanto y tanto
que darte.
Indiana Cardenal Caldera
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