sábado, 23 de junio de 2007

Weblogs: ¿ Otra forma de Periodismo?

¿Como nosotros periodistas podemos hacer uso de estas nuevas herramientas y mantener la credibilidad en nuestra información?

El debate en torno a la condición periodística de los blogs se mantiene desde hace tiempo. Repasemos algunos puntos importantes de los blogs:

• Son una herramienta sencilla de publicación online con una forma de difusión que permite que existan actualmente más de 10 millones en el mundo y lo ha convertido en un nuevo medio de información dentro de Internet.

• La fidelidad y credibilidad que tienen los contenidos no se definen por su capacidad de difusión, sino por la fuerza del contenido.

• Existen weblogs que son de carácter periodístico –denominados j-blogs- escritos por periodistas profesionales que pueden funcionar como medios de comunicación relevantes y con fiabilidad, pero depende del profesional que lo establezca.

• Uno de los principales retos que enfrentan los weblogs es lograr tener fidelización y fiabilidad por parte de sus lectores, es por eso lo qe debe estar en constante examen sobre su funcionamiento, conocimiento y la inspiración con la cual esos contenidos fueron redactados, así cómo la relevancia de dicho autor.

• Entre las ventajes que presentan los weblogs es que funcionan cómo fuentes de información en determinadas situaciones en las que de otra forma sería muy difícil obtener datos realmente certeros sobre un hecho noticioso en concreto.

• Es importante reconocer que los weblogs son hacia donde se dirige el futuro en medios de comunicación. Su difusión ha sido muy rápida gracias a proveedores como pitas.com y blogger.com y otros que entran al mercado diariamente. La cuestión es si realmente el nuevo panorama que se está creando podrá canalizarse de alguna forma para que represente un medio de comunicación reconocido y útil dentro de la esfera social.

Ahora, como periodistas nosotros tenemos que tener en consideración para lograr que esta nueva herramienta de multimedia se convierta en un medio de comunicación:

- Credibilidad/Verdad/ Confirmación
- Nueva era en la redacción periodística
- Creatividad de formatos
- La aparición del periodismo ciudadado como una comunidad virtual.

Todo esto significa que como profesionales de la comunicación estamos en un nivel igual al nuestra audiencia y nuestro lector. Nuestro gremio debe hacerse una sola pregunta ante estos nuevos cambios ¿Estamos listos para enfrentar los nuevos retos que se nos presentan? .... les dejo a todos mis compañeros comunicadores la iniciativa de responder la pregunta.

sábado, 9 de junio de 2007


Crónica de un historia esperada

Aquel día lloró como ni siquiera en sus novelas está escrito. Y tenía 39 años Gabriel García Márquez cuando, esa mañana de 1966, se derrumbó en lágrimas sobre la cama como un niño huérfano. Su esposa Mercedes Barcha, al verlo tan desamparado, supo de qué se trataba: el coronel Aureliano Buendía acababa de morir.

Un duelo perpetuo que, el 5 de junio de 1967, el autor colombiano vio acompañado de alegría al saber que esa historia comandada por el coronel, bajo el título de Cien años de soledad, iniciaba su universal parranda literaria. Todos querían conocer la saga de los Buendía en Macondo, esa tierra donde realidad, ficción, más allá e imaginación encontraron la alquimia de la convivencia, cumplidos los siguientes pasos.

- La fuente. García Márquez vivió hasta los 8 años en Aracataca en casa de sus abuelos maternos: el coronel Nicolás Ricardo Márquez, que le contaba sus días en la Guerra de los Mil Días, y Tranquilina Iguarán, que lo disciplinaba con historias de ultratumba.

- El embrión. En 1948, como reportero del periódico El Universal de Cartagena de Indias, y animado por los cuentos publicados en El Espectador, Gabriel García Márquez empezó a escribir su primera novela. Se llamó La casa. Descubrió que su vida era novelable tras haber leído Las mil y una noches, a Kafka, a Sófocles, a Virginia Woolf y a Faulkner.

- La confirmación. En el año 1950 viajó con su madre a vender la casa de los abuelos y se reencontró con su pasado. Allí volvió a leer el nombre de una finca con resonancias poéticas: Macondo. Redondeó la idea de una obra donde sucediera todo en una casa.


- El inicio. Cogió sus ahorros: 5.000 dólares y se los entregó a su esposa para el mantenimiento del hogar mientras se dedicaba a escribir.


- El llanto. En el invierno de 1965-66 el ritmo de la narración llevó a la muerte al coronel Aureliano Buendía, tras haberse salvado de un pelotón de fusilamiento, participado en 32 guerras, tenido 17 hijos con 17 mujeres y terminado sus días haciendo pescaditos de oro. Y él se abandonó al llanto.

sábado, 2 de junio de 2007

¿Quién soy?

El primer recuerdo bonito que tengo es mi abuela, pasando sus manos por mi pelo largo, largo; haciendome una trenza que no dura tres minutos por que mi pelo rebelde quiere liberarse del encierro. Veo esa imagen y me veo a mí.

Al igual que cuando veo a mi mamá. La veo en las fotos de cuando nací hace 24 años, ella tenia 25 años...casi mi edad

Es increíble lo mucho que uno llega a parecerse a los padres. En mis gestos veo a mi papá, lo veo en mi forma de hablar acelerada y mi sonrisa entrecortada. Lo veo en mis formas poco sutiles y mi voz ruidosa, lo veo en mi determinación y mi tendencia a exigirme siempre más y más. Lo veo cada vez que llego a mi casa tarde del trabajo y en mi pasión por el periodismo y la escritura.

Y es que yo creo que en otra vida mi papá fue periodista y excritor. En otra vida también fue bohemio, trovador; deambuló por el mundo y fue feliz así. Sus ojos verdes probablemente vieron mundos alternativos y descubrieron formas de ver la vida diferente. Él es mi caballero de la triste figura, estoico, fuerte, pero con un interior vulnerable y de vidrio.

Pero al mirar al espejo y ver mi reflejo a quien veo es a mi mamá, como si la imagen de la fotografía de mi nacimiento viviera en mi, como si a me pusiera la ropa que ella tiene en la foto, ella reviviría en mi.

Tengo su mismo rostro, su mismos labios, sus mismos ojos, sus mismas mejillas, sus mismas manos y sus mismos pies. Comparto su mismo amor por mi abuela, quien fue pilar de mi vida y cuya ausencia todavía lloro cuando oigo ciertas canciones, cuyo tacto y cuya voz nunca podré sacarme de mi cabeza.

Mi abuela, mi madre y mi padre son los grandes amores de mi vida. Ellos me construyeron y me dieron alas y me dejaron ser quien soy hoy, un rompecabezas con piezas de ellos y piezas que yo mismo construí.

Me inspiraron a escribir sobre ellos, sobre sus excentricidades y sus anécdotas, despertaron en mi el amor hacia el periodismo que estudio y ejerzo.

Las dos mujeres en mi vida afloran sentimientos y felicidad, me dieron una niñez llena de recuerdos jocosos, de aroma a tierra mojada y a perfume de mujer.

Mientras que mi papá encontró en mi la chispa de la constante aventura. Me llevó a vivir en la cabaña con el tío Tom, a viajar en el tren con Ana Karenina y a bajarme en la estación de tren de Macondo. Más tarde me llevó a un viajar por la caverna de Saramago y a visitar a la rosa del principito.

Juntos todos me han dado enormes regalos, grandes recompensas y un ambiente que me permitió buscarme a mi misma, viajar con la imaginación y despegar con los pies en la tierra.

Espero poder seguir viajando, poder seguir explorando en los confines de mi experiencia, hablar los idiomas de Rosseau, Confucio y Dante Allegheri. Viajar al viejo continente y pasarme una tarde en el Museo Del Prado, bailar una canción melancólica en los Campos Eliseos al sonido de un violín, caminar por los pasillos de la Universidad de Madrid, escribir de la redacción de El País hacia el mundo.

Miro hacia el futuro y veo meramente el prólogo de un libro, la lectura del mismo me emociona, me causa ansiedad, pero no puedo esperar...