martes, 5 de agosto de 2008

¿Nos enseñan los combustibles?

Con los precios del combustible en baja durante estas dos últimas semanas, la calma vuelve al mundo e incluso se puede escuchar un suspiro colectivo. Precios manejables significa que podemos consumir más y que todo vuelve a la normalidad. Esto es sin dudas un fenómeno completamente nuevo, al que no conocemos y del que no podemos sacar predicciones prematuras, ese ha sido el error económico mundial más grande de este año. Si nos vamos a enero, la alarma era por que el petróleo había alcanzado la cifre inusitada de $100. Los grandes economistas no esperaban que subiera de ahí… y subió. Si nos trasladamos a hace un par de meses, la predicciones decía que el precio de este insumo llegaría a $170 antes de terminar el año –algunos predecían incluso más de $200-Hoy el barco cambia de rumbo nuevamente y con olas más pequeñas, los pronósticos también lo son. En 2009 economías latinoamericanas esperan un mejor ambiente que este fatídico 2008.
Ante todo este panorama, mi pregunta es ¿No hemos aprendido nada de estos meses? ¿Acaso los pronósticos muy negativos no sirvieron para nada más que para agrietar las economías mundiales? ¿La moda verde pasará, como cualquier otra moda?. Si bien lo único positivo que podemos rescatar de esta llamada crisis energética es que las personas nos vimos obligados a cambiar patrones de consumo: dejar el carro en casa, caminar más, utilizar el transporte público, apagar las luces al salir de la habitación; cambios pequeños que aportan enormemente a la protección del ambiente y que, de nos ser porque nos golpearon el bolsillo, nunca hubiéramos hecho. Ahora que los precios vuelven a la normalidad, ¿será que volveremos a consumir sin ninguna conciencia? ¿será que se nos olvidará que este pequeño aporte se transformará, de nuevo, en destrucción? ¿los gritos que nos hace la tierra en forma de tormentas y sequías no nos estimulan lo suficiente? ¿deben existir amenazadas de que se acaba la gasolina para hacernos reaccionar? Espero que la respuesta a todas estas interrogantes sea negativa, de lo contrario, creo que efectivamente el ser humano es el único que se tropieza con la misma piedra dos veces.